No soy una mujer de caprichos, pero he entrado en una gran papelería y he visto unas estupendas plumas (muy costosas). He imaginado que podría conseguir una de ellas y así poder hacer de mi experiencia de escribir un momento aún más placentero, si cabe.
Otra cosa... estoy dudando de si debo seguir escribiendo ese nuevo libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario